En el convento de Mínimos de Valencia que estuvo situado en el lugar de la actual iglesia de San Sebastián extramuros de la calle Quart hubo una hermandad dedicada a la afamada advocación andaluza de Nuestra Señora de la Consolación de Utrera, por lo que tuvo un altar en su iglesia. Nos dice el amigo Juan Codina que esta debió ser la segunda capilla de la izquierda entrando por la plaza de San Sebastián pues tiene cuatro azulejos antiguos que representan tal advocación:. El sol (de la caridad de los mínimos); la luna (a los pies de la Virgen) y el barco con el mascarón incorporando el águila bicéfala de los Austrias. Y a los lados de esta última escena aparecen dos angelitos soplando para que los aires y vientos lleven la nave a buen puerto. Sabemos que en el año 1911 se restauró dicha capilla pero que su origen pudo arrancar del año 1743.
Su vinculación con la orden religiosa de los Mínimos pudo deberse a que los frailes mínimos, entonces residentes en el convento colindante al santuario que esta Virgen tiene en Utrera (Sevillla), bajaban a la Virgen del altar mayor y la entregaban a la Hermandad matriz para que la procesionara. El gozo nos dice que era eficaz en la protección a los marinos, tullidos, parturientas y perseguidos por los moros.