Diez años después del martirio del Santo Niño de la Guardia,
sobre 1501, el Cardenal Pedro González de Mendoza hizo pintar un cuadro del
Santo Niño Cristobalito con el hábito trinitario. El santuario de Toledo dedicado
al Santo Niño de la Guardia pasó a manos de los trinitarios en 1587, lo que
originó que se extendiera su devoción en el interior de las casas trinitarias
españolas dando paso a la "trinitarización" de la historia. Es el caso del convento de Trinitarios calzados de Lliria. Según una
antigua tradición de la Orden, los padres de Cristobalito frecuentaban la
iglesia de los trinitarios de San Marcos de Toledo y el Santo Niño nacería el
17 de diciembre de 1487. Cuando tenía dos meses de edad fue liberado de una
epilepsia por intercesión de San Juan de Mata, de ahí que su madre lo ofreció a
la Santísima Trinidad y en los días de fiestas principales le vestía con el
hábito trinitario. De hecho, continúa la tradición, el día del secuestro el niño
iba vestido con ese hábito ya que era costumbre muy antigua que algunos padres
consagraran a sus hijos a la Trinidad y le vistieran de hábito trinitario,
especialmente si eran terciarios trinitarios.