Es muy tradicional en Moncada la peregrinación a la
ermita de Santa Bárbara, portando en procesión la imagen y su reliquia para
celebrar allí una eucaristía. Tras ella, la imagen de la patrona es devuelta a
la parroquia y se ha dejado en la ermita la reliquia de una falange de Santa Bárbara
para ser venerada por los feligreses tal y como manda la tradición. Esta es una
construcción de estilo renacentista que consta de una sola nave en cruz y una
esbelta cúpula. En cada lado hay construidas tres capillas. Se pretendía con
ella recordar un hecho milagroso atribuido a la santa que, como la construcción,
de 1701. Hay indicios que aseguran la existencia, en el mismo lugar, de una ermita
dedicada a Santa Bárbara al menos hasta la mitad del S.XVII.
El milagro mencionado tuvo lugar el 27 de mayo de
1701. Y es que, al día siguiente del Hábeas, se abatió sobre Moncada una
horrible nube cargada de piedras, que amenazaba con destruir todas las
cosechas, en la cuales los moncadenses cifraban su medio de vida y bienestar.
Fácil es de imaginar que los agricultores católicos acudieron al templo para
implorar el auxilio divino, y el señor rector tuvo la inspiración de coger la
reliquia de Santa Bárbara y, saliendo a las puertas del templo, bendijo todo el
término parroquial de Moncada. La tempestad pasó destrozando los campos de los
municipios vecinos, dejando intactos los de Moncada y sus anexos parroquiales
de Alfara de Patriarca, Benifaraig, Masarrojos y Rocafort. Después de este
hecho que los moncadenses califican de milagroso, el Ayuntamiento levantó acta
de voto para celebrar todos los años una fiesta de Acción de Gracias a la santa,
que se cumple fielmente todos los 9 de Septiembre de cada año, uniendo las
festividades de la Virgen de los Desamparados y Santa Bárbara.