La ermita de San Roque de Benassal se halla sobre una elevación que domina
el valle. Su construcción comenzó en 1557 para solicitar la protección del
santo a raíz de una grave epidemia de peste y finalizaron dos años después. La
ermita fue dotada con un retablo gótico y una imagen de San Roque, mejorada por su primer ermitaño que incluso
trajo una reliquia del santo desde Montpellier. El paso de la Guerra de
Sucesión por estas tierras dañó seriamente la ermita y se perdió casi todo su
patrimonio artístico. Su recuperación comenzó en 1718, construyéndose una nueva
casa para el ermitaño y una sacristía en su piso superior. Con posterioridad se
realizaron otras modificaciones y mejoras, hasta que nuevamente la Guerra Civil
de 1936 provocó de nuevo su destrucción. Rehabilitada tras la contienda, nuevamente
a finales del siglo XX debió ser intervenida. La ermita está precedida de una
pequeña plazoleta que levanta una cruz de forja sobre base de piedra colocada
en el año 1908. Se celebra una romería a la ermita de San Roque en el día de su
festividad, subiéndose a pie desde la iglesia parroquial y se oficia una misa y
se reparte el pan bendecido.