La
devoción al Cristo de la Piedad, tanto en Higueruelas como en Villar del
Arzobispo, se remonta al siglo XVII cuando un caballero de Valencia que
veraneaba en Higueruelas hizo un favor a un escultor, quien a cambio le regaló
la imagen del Cristo. Este era un crucificado de metro y medio de altura,
tallado en madera y policromado. El caballero, indeciso sobre la población a la
que quería regalar la imagen, hizo un sorteo entre Higueruelas, Villar del
Arzobispo y Domeño. El sorteo fue repetido hasta tres veces y en todas ellas la
afortunada fue Higueruelas. En el trayecto hacia la iglesia de esta población para
transportar la imagen se hizo de noche y la talla tuvo que ser alojada en
Villar del Arzobispo hasta la mañana siguiente, por lo que desde entonces se le
tiene también mucha devoción en esa localidad.
La imagen del Cristo de la Piedad, patrón de
Higueruelas, se pudo salvar durante los sucesos de 1936 gracias a un apagón de
luz en el municipio que fue provocado de forma intencionada por un grupo de
fieles al enterarse que iba a ser destruida. Esta acción fue ordenada por el
entonces alcalde republicano Agapito Mezquita que quería proteger el patrimonio
religioso del pueblo. Y es que, aprovechando la oscuridad, sacaron su imagen de
la parroquia en carro, así como la de la patrona, Santa Bárbara, y la escondieron
en casa de uno de ellos en un rincón que fue tapiado para que quedaran ocultas.
Concluida la guerra civil en 1939, la imagen fue recuperada y constituye una de
las escasas muestras de religiosidad popular de la comarca que se salvaron de
la destrucción. La imagen patronal sale en procesión por las calles ante los
feligreses de la localidad y también de la vecina población de Villar del
Arzobispo. Adjuntamos un bello retablo cerámico y su himno.