Un estrecho camino desde la aldea de Chiva de
Morella conduce al Santuario del Roser, ubicado en el barranco del mismo nombre
y que anteriormente se llamó de Nuestra Señora de la Fuente. En su origen fue
una pequeña ermita que en el año 1595 fue notablemente ampliada y posee siete
capillitas que representan a los siete Dolores de María. Leyendas de demonios
encadenados, almas en pena, moras seductoras y dragones surgieron de los
misteriosos ruidos que producen las entrañas de la montaña cuando llueve. Dicen
los lugareños que allí se desatan los poderes de la naturaleza asegurando que,
para conjurar las fuerzas desconocidas, se procedió a edificar el templo con la
advocación de la Verge del Roser. En el año 1890 se reformó el edificio para
adquirir la actual forma de santuario. En el año 1936 se destruyó la imagen de
un metro de altura y que fue repuesta por una copia fidedigna del original. En
el año 1895 se añadió un calvario incrustado en la roca. Cada cinco años, la
imagen de la Patrona de Xiva es llevada en procesión entre ribazos de chopos y
bancales de almendros hasta la población para presidir las fiestas. Concluidas
las ceremonias con la ritualidad acostumbrada, torna a su escondido santuario
de la peña donde exorciza los aullidos del demonio cuando braman las peñas.