sábado, 12 de mayo de 2012

GOZOS A LOS GLORIOSOS SAN VALERO OBISPO Y SAN VICENTE MÁRTIR, venerados en la iglesia parroquial de Ruzafa de Valencia.


El antiguo pueblo de Ruzafa se anexionó a la ciudad de Valencia en el año 1877, siendo un bullicioso rincón de la ciudad en el que destaca la Iglesia de San Valero y San Vicente Mártir y, adosada a ésta, la Capilla de la Comunión que la complementa. En este entorno emplazó Jaime I en el año 1238 su tienda de campaña cuando estaba cercando la ciudad de Valencia y fue allí donde el rey Zayán firmó su rendición al rey cristiano. La Iglesia de San Valero y San Vicente Mártir fue construida un año después de la Reconquista de Valencia en recuerdo de ambos santos: el Obispo de Zaragoza y de su diácono, el mártir patrón de la ciudad de Valencia. Destruida por un voraz incendio a principios del siglo XV, se edificó una nueva Iglesia, conocida popularmente como la Catedral de Ruzafa. Este es un templo de planta de cruz latina, con una sola nave y seis capillas laterales entre los contrafuertes. La cúpula sobre el crucero se cubre con teja cerámica vidriada azul y blanca. La portada barroca es una puerta adintelada en cuya parte superior y en una hornacina se encuentran las imágenes de los santos titulares: San Valero y San Vicente Mártir.
San Valero fue Obispo de Zaragoza en los primeros años del S.IV y fue acompañado por San Vicente en su periplo a Valencia para ser juzgados en la última de las persecuciones decretada por el emperador Diocleciano. Por su avanzada edad y ser miembro de una familia consular le fue perdonada la vida y desterrado de la ciudad, cebándose el martirio con el impetuoso Vicente.