La primitiva parroquia de Beniarjó, con culto a San Marcos, dependía de la de Gandía y fue en el año 1535 cuando se independizó. Esta capilla de San Marcos, tras la erección de la Iglesia de San José Bautista, había quedado como ermita anexa en el palacio señorial y fue finalmente derribada a comienzos de los años sesenta del siglo XX.
El acto central de la fiesta a San Marcos es el del baile de la bandera y las cajas. A una hora señalada, una pandilla de hombres que hacen una tocata especial con tambores y tabalets va a sacar la bandera de la iglesia. Siguiendo al abanderado, pasean la enseña por todo el pueblo tocando con cajas. Después vuelven a la plaza y bailan la bandera. El abanderado, acompañado por el ruido de los tambores, le hace hacer auténticas filigranas: se la pasa por el cuello, la cintura y la hace caracolear una y otra vez. Existe la creencia de que los movimientos de la bandera imitan el martirio de San Marcos y que el repique de los tambores reproduce los que le tocaban al santo cuando le llevaban a matar. Además del baile de la bandera, por la mañana, tras la misa, se celebra la procesión de los comulgantes o "combregats", donde se lleva la comunión a los enfermos y a los impedidos del pueblo. Después se bendice el término desde una de las orillas del río.