La primitiva iglesia de Sant Joan del Mercat de Valencia, hoy de los Santos Juanes, se alzó en el arrabal de la ciudad conocido como la Boatella. De su antigua estructura gótica aún queda la nave y el gran óculo cegado, conocido como "la O de Sant Joan", que fue concebido como un gran rosetón en la fachada de los pies. En el año 1592 la iglesia sufrió un aparatoso incendio que obligó a una reconstrucción casi total a lo largo de los siglos XVII y XVIII. Destaca por lo infrecuente la amplia fachada del Mercado, concebida como un grandioso retablo de piedra sobre una terraza que domina la plaza frente a la Lonja, formando un conjunto urbanístico único. La preside la escultura de la Virgen del Rosario, obra en estuco de Jacopo Bertesi, y sobre ella se alza la torre del reloj, flanqueada por los dos Santos Juanes y coronada por el famoso "pardal de Sant Joan", la veleta a la que según cuenta la tradición se hacía mirar a los niños cuando sus humildes padres los abandonaban en la plaza. En la parte baja de la terraza se abren "les covetes de Sant Joan", semisótanos en los que antaño se ubicaban chatarrerías y tiendas de viejo, parte de la historia viva de Valencia. El interior del templo es de una desbordante imaginación barroca, con estatuas de Bertesi que representan a personajes de las Doce Tribus de Israel, y sobre todo el conjunto de los frescos que ejecutó Antonio Palomino en la bóveda.
Una de las capillas laterales del lado de la Epístola se dedica a la Virgen del Pilar. Esta estuvo antes de los sucesos de 1936 dedicada a San Vicente y Santa Catalina mártires, como se podía ver en la pintura del óvalo del ático del retablo. Adjuntamos un antiguo grabado de esta advocación.
Una de las capillas laterales del lado de la Epístola se dedica a la Virgen del Pilar. Esta estuvo antes de los sucesos de 1936 dedicada a San Vicente y Santa Catalina mártires, como se podía ver en la pintura del óvalo del ático del retablo. Adjuntamos un antiguo grabado de esta advocación.