En las afueras de la Puerta del Mar de la muralla cristiana de Valencia existió desde antiguo una ermita dedicada a San Miguel. Bien en esta ermita o en otra próxima que se llamó primero de Nuestra Señora de la Piedad y más tarde, a raíz de la peste de 1248, se llamó del Remedio por creerse que su imagen protegió a la ciudad, se fundaba a principios del siglo XVI el Convento del Remedio de Trinitarios Calzados. El convento tenía dos patios con claustros y el huerto daba al río, cerrado por un muro alto. La Iglesia tenía cabecera poligonal con torre campanario a los pies, dando la fachada a la Calle Navarro Reverter y teniendo la Iglesia ocho capillas. Una de ellas, la primera accediendo a la iglesia, estaba dedicada a esta Virgen y debió hacer las funciones de capilla de la Comunión. Se decoraba con lienzos de José Inglés y fue reconvertida en el año 1685 por Francisco Navarro. La desamortización sufrida por la Iglesia en el siglo XIX llevó a la demolición del magnífico convento y a la desaparición en Valencia de la orden. Sobre este Llano, el 21 de Noviembre de 1957, el entonces arzobispo de Valencia D. Marcelino Olaechea y Loizaga erigió la actual parroquia.
El título del Remedio ya parece que existía en el siglo XIV pues son muchos los estudios de imágenes y cofradías muy antiguas que lo atestiguan. En la difusión de este título ha tenido especial influencia la orden de los Trinitarios, especialmente a partir de la batalla de Lepanto del año 1571. Estos la asumieron como patrona de la orden y predicaron y difundieron su devoción y culto por muchos lugares, especialmente en la provincia de Aragón, teniéndola como Madre y Patrona en la casa de Valencia y en toda la Provincia religiosa. La imagen de la Virgen luce en su pecho la cruz trinitaria, roja y azul, y ofrece con la mano derecha el escapulario trinitario. Adjuntamos otro bello grabado.