A finales del siglo XVII y tras algunas calamidades sufridas por la población de Muro, empezó a gestarse la devoción a la Mare de Déu dels Desamparats bajo la devoción de “Madre protectora y consoladora de afligidos”. El escultor Tomás Molins, que ejercía como tal en la parroquia de San Esteban de Valencia y que estaba casado con una murera, creó la primitiva imagen de la patrona para la ermita de la Virgen de los Desamparados de la madera de un ciprés que había crecido en las inmediaciones de la popular ermita de san Antonio, y que sustituyó al cuadro que desde el siglo XVII se veneraba en la población. Esta nueva imagen hizo su entrada triunfal el día 14 de mayo de 1769. En el año 1936 con el estallido de la guerra civil el templo de la Virgen fue asaltado y la imagen de la patrona acabó siendo pasto de las llamas junto con sus andas. Así pues, una vez acabada la guerra civil, la población tuvo que encargar una nueva imagen que fue realizada por el artista Francisco Teruel Francés.