En la Plaza del Negrito y en su esquina con la Calle Catalans hubo de antiguo un altar con un retablo pintado por Jacinto Jerónimo de Espinosa con invocación de Nuestra Señora contra la Peste. Este hacía alusión a la terrible epidemia que asoló a la ciudad en el año 1647 y, habiéndose librado de esta todos los vecinos de la Plaza Calatrava, dedicaron en agradecimiento este retablo y su fiesta se celebraba en la cercana iglesia de San Nicolás donde también hubo un altar a esta Virgen.