Existe la vieja costumbre en Vinarós de festejar a Santa Catalina relacionándola con la fiesta de los niños y los dulces. Porque cada 25 de noviembre la asociación pastelera elabora miles de pastissets o primes de Santa Catalina a base de clara de huevo, azúcar y cabello de ángel o fruta confitada como relleno. Aunque esta tradición se perdió puntualmente en el tiempo, desde los años 80 se ha recuperado y es ineludible que los niños vayan a la ribera del río Cervol para comer este pastelito de merengue. Antaño, los pasteles eran llevados en cajas de zapatos para que no se dañaran pues el día de la santa los padres solían renovar el vestuario de los niños. En sentido estricto, Santa Catalina era la patrona de las niñas en edad escolar y San Nicolás era el de los niños. Vinaròs tiene un monumento dedicado a esta fiesta en el parque de les Catalinetes, punto donde desde antaño se comía la prima junto al río Cervol. Adjunto la partitura del gozo y la canción popular o lloes de Santa Catalina que los niños cantan a la santa.