Santa María Micaela del
Santísimo Sacramento estuvo desde niña abierta a las necesidades de la gente
más pobre y necesitada, en sus propias casas o en sus visitas al hospital de San
Juan de Dios. Allí conoció a prostitutas con enfermedades venéreas y otros
graves problemas de explotación, soledad y desamparo. Así surgió en ella la
inspiración de poder abrir una casa para poder acogerlas y ayudarles a comenzar
una nueva vida. Decidió dirigir ella misma la casa con ayuda de algunas
maestras seglares, buscando especialmente la salvación de las asiladas, a
quienes inculcaba la fe y les enseñaba algún oficio útil para su vida futura. Como
las maestras seglares no cumplían bien su misión, decidió formar un grupo de
religiosas para vivir con ellas su carisma de entrega al servicio de las chicas
desamparadas. Así surgió la Congregación de Adoratrices, Esclavas del Santísimo
Sacramento y de la Caridad. Murió al acudir a ayudar a las enfermas del cólera
del Colegio de Valencia, donde falleció el 24 de agosto de 1865 y donde se
halla enterrada en una cripta. Tiene una ermita al borde de la carretera de la aldea de La Carrasca en Alpuente.