El origen de la devoción al Cristo de las Campanas
en Almoradí se sitúa de antiguo inmediatamente después del terremoto de 1829 y aparece
vinculada a la comunidad de Padres Mínimos de San Francisco de Paula, establecida
aquí desde 1609. La tradición oral menciona la presencia de un Cristo Crucificado
que, situado debajo del campanario en el Convento de San Francisco, quedó
intacto tras el seísmo. Otros dicen que hizo sonar las campanas para que todos
los almoradienses salieran de sus casas y no murieran sepultados. Por último se
dice también que el origen de esta devoción es el encuentro de un pequeño
crucifijo debajo de una campana sepultada por los escombros del convento.
Acabada la guerra civil, fue el párroco Vicente Galván el que hizo el encargo
de la nueva imagen del Cristo de las Campanas al imaginero Ponsoda. En 1944 se
constituyó la Hermandad y, posteriormente, se adquirió el impresionante trono que
talló el imaginero murciano Luís Pérez, que ya en el año 1953 había tallado el altar
que actualmente ocupa el Cristo junto al campanario. El 27 de septiembre de
2008 fue bendecida su nueva ermita alojando su imagen.