En las afueras del núcleo urbano de Vinarós, junto a la colonia europea, se levanta la ermita de San Roque. Sus orígenes se remontan a la leyenda de un campesino que, temeroso de contraer la peste, suplicó al santo su protección y, al lograrla, le edificó en el año 1885 un pequeño templo hoy desaparecido. Se cree que aquella pequeña ermita era una típica 'caseta de volta'. La posterior fue bendecida en el año 1915 gracias a su reforma y ampliación, creándose un cuerpo a modo de nártex ante la puerta, de planta cuadrada y cubierta piramidal, coronado con una sencilla cruz de hierro.
En los años 60, la capilla tuvo que ser derribada debido a la construcción de la actual carretera nacional. Al haber adquirido la ermita un cierto auge turístico, los fieles de la zona decidieron construir una nueva ermita más amplia y acorde con los nuevos tiempos, obra de José A. Gómez Sanjuán. Se trata de una construcción con amplia fachada y numerosas puertas con el fin de permitir una importante asistencia de fieles y la participación desde el exterior. Actualmente este templo es muy concurrido, sobre todo en la época estival, al encontrarse en una zona residencial. Queremos destacar también un retablo cerámico de San Roque que podemos ver en la Calle de San Roque, junto a la plaza parroquial. Aunque fue pintado a principios del XIX, este santo es copatrón de la ciudad desde la edad media y de esta forma aparecía representado en la portalada de la iglesia arciprestal. Aparece otro retablo cerámico en la partida de les Salines y cerca de su ermita.
En los años 60, la capilla tuvo que ser derribada debido a la construcción de la actual carretera nacional. Al haber adquirido la ermita un cierto auge turístico, los fieles de la zona decidieron construir una nueva ermita más amplia y acorde con los nuevos tiempos, obra de José A. Gómez Sanjuán. Se trata de una construcción con amplia fachada y numerosas puertas con el fin de permitir una importante asistencia de fieles y la participación desde el exterior. Actualmente este templo es muy concurrido, sobre todo en la época estival, al encontrarse en una zona residencial. Queremos destacar también un retablo cerámico de San Roque que podemos ver en la Calle de San Roque, junto a la plaza parroquial. Aunque fue pintado a principios del XIX, este santo es copatrón de la ciudad desde la edad media y de esta forma aparecía representado en la portalada de la iglesia arciprestal. Aparece otro retablo cerámico en la partida de les Salines y cerca de su ermita.