La ermita de San Roque de Culla se construyó entre los
años 1562 y 1574, sufriendo posteriormente pocas modificaciones. Tiene una cruz de piedra junto a ella. Este es un
templo sencillo de noble y vetusto aspecto, alargado y con cubierta de tejas a
dos aguas que se prolonga sobre los robustos contrafuertes laterales. Entre dos
de ellos en el lado derecho se abre una puerta original de tablas de madera
bajo arco de medio punto. Sobre el hastial se eleva una bella espadaña con
campana y cruz de forja. En la cabecera, a la parte izquierda, sobresale el
pequeño cuerpo de la sacristía que comunica con el presbiterio. El interior es rectangular, sobrio y sin
decoración. La cubierta es de artesonado de madera de época a dos aguas,
soportada por tres arcos de medio punto que reposan en pilastras y dividen la
nave en cuatro tramos. Preside una especie de retablo moderno pintado por Amat
Bellés que representa a San Roque, y unas pequeñas imágenes sobre una mesa. Sin
embargo, en otros tiempos esta ermita atesoraba un valioso tríptico del siglo
XVI con la Sagrada Familia, San Francisco y San Vicente Ferrer, que ahora se
conserva en la iglesia de Culla. El día de San Roque hay una romería a la
ermita donde se oficia misa. También aquí se bendicen los ramos al inicio de la
Semana Santa, y de ella parte la procesión de las palmas hasta la iglesia
parroquial.