La Iglesia Parroquial de San Antonio Abad de Canals
fue construida en el siglo XVII y tiene una decoración churrigueresca en su
interior, destacando por sus "torres gemelas". Sustituyó a una mucho más antigua lamentablemente desaparecida. El
origen de las fiestas en honor a San Antonio Abad en Canals se remonta al año 1748 cuando un terremoto provocó grandes destrozos en todas las poblaciones
cercanas pero en Canals no se produjo ningún seísmo ni se lamentó desgracia
alguna. Los canalenses, admirados por ese prodigio, atribuyeron el milagro a
San Antonio Abad convirtiéndolo a partir de entonces en su venerado patrón. La
Hoguera de San Antonio Abad que se construye en Canals delante de la iglesia
parroquial está registrada en el libro Guinness por ser la más grande del mundo
con sus diecinueve metros de altura y más de 600.000 kilos de leña. Su construcción
comienza el día 1 de Enero con la “plantà del primer pi”, el tronco que sirve
de eje central. Día tras día y siguiendo las instrucciones del “mestre foguerer”,
el grupo de montadores va apilando la leña ordenadamente. Finalmente, con una
capa verde de pinastro, se viste la Foguera y se corona su cima con un naranjo.
La “cremà de la Foguera” posee una gran carga simbólica y su rito empieza cuando el sacerdote toma el fuego sagrado de la lámpara de San Antonio que durante todo el año permanece encendida en el interior de la iglesia. Al prender con ese fuego la gran pira de leña se calcina todo lo negativo del año anterior, las faltas y los pecados. De esta forma, los canalenses renuevan la posibilidad de comenzar una nueva vida, dejando atrás todo aquello que no agrada a Dios.
La “cremà de la Foguera” posee una gran carga simbólica y su rito empieza cuando el sacerdote toma el fuego sagrado de la lámpara de San Antonio que durante todo el año permanece encendida en el interior de la iglesia. Al prender con ese fuego la gran pira de leña se calcina todo lo negativo del año anterior, las faltas y los pecados. De esta forma, los canalenses renuevan la posibilidad de comenzar una nueva vida, dejando atrás todo aquello que no agrada a Dios.