Se cree que la tradición del patronazgo de San Cristóbal sobre Alboraya se pudo deber a una imagen que llegó en un barco fenicio en el año 683 y fue enterrada por temor a los sarracenos pero muchos piensan que la imagen pudo llegar a consecuencia del naufragio de un navío. Su imagen entonces quedó sepultada bajo la arena de la playa y, al construirse una cuadra sobre ella, se observó que los animales morían misteriosamente. Su dueño excavó en el suelo y encontró la talla en el año 1442, por lo que en ese lugar se construyó la actual ermita en el año 1881 con un bonito azulejo. La imagen fue trasladada posteriormente a la iglesia parroquial donde se halla actualmente. Este es un pequeño templo rectangular que fue restaurado tras el año 1939 y es destino de la popular romería de la “passá”.
