lunes, 23 de julio de 2012

GOZOS AL GLORIOSO SAN ANTONIO DE PADUA, según se cantaban en el Convento de Capuchinos extramuros de Valencia.

La orden religiosa de los franciscanos capuchinos reparte todos los años en sus conventos e iglesias en Valencia varios miles de los tradicionales “panes de San Antonio” con motivo de la celebración de la festividad de San Antonio de Padua. La tradición de los panes de San Antonio está muy arraigada en Valencia y se remonta a cuando San Antonio de Padua (1195-1231) repartía panes en los conventos franciscanos de Europa desde que salió de Lisboa.
En los campos contiguos a las últimas casas de la calle de Alboraya, entonces a relativa distancia la ciudad de Valencia, se fundaba, promovido en el año 1596 por San Juan de Ribera, el Convento de la Sangre de Cristo de Capuchinos, siendo este el mismo año en que se plantó la cruz en sus terrenos y se decía la primera misa. Su objetivo era el de propiciar conversiones entre los moriscos que aquí había siguiendo la regla de austeridad de San Francisco de Asís. En Marzo del año 1597 se ponía la primera piedra en la edificación y el dos de Agosto de 1598 se celebraba en él la primera Misa de Pontifical. Aunque de pobre fábrica, el convento ocupaba, en las afueras de la Ciudad, una extensión considerable, siendo de los que se suprimieron en la desamortización y encontrándose prácticamente ya demolido en el año 1876. Desaparecido éste y necesitando los frailes una nueva residencia, se construyó un nuevo convento en el año 1913 en el centro de Valencia con una pequeña iglesia que hubo de ampliarse debido a la gran concurrencia de fieles que la frecuentaban. El convento actual, sito en la Calle de Cirilo Amorós, es un edificio de seis plantas que fue construido en parte del emplazamiento del convento anterior y fue inaugurado en el año 1972.