martes, 17 de enero de 2012

GOZOS DE SAN LUCAS, venerado como patrón en Cheste.


La iglesia primitiva de San Lucas de Cheste estuvo ubicada en la actual plaza del Castillo, junto a la Casa Abadía. Fue erigida a raíz de la segregación del curato de Cheste con respecto al de Ribarroja en el año 1471 a instancias del Barón Berenguer, señor de Cheste. Lo que se sabe de ella es que era una iglesia gótica cuyo estilo constructivo podíamos situar entre los siglos XIV y XV. Esta iglesia de pequeñas dimensiones fue el principal centro de la vida religiosa de la localidad durante 3 ó 4 siglos. No obstante, tras varias rehabilitaciones y reconstrucciones, el impulso de los nuevos cristianos hizo que el recinto quedara insuficiente. Finalmente se decidió edificar una bella iglesia de nueva planta, siguiendo la pauta del esplendor barroco. El nuevo templo se dedicó al mismo patrón y su construcción se prolongó durante casi 60 años hasta el año 1760. Con la nueva iglesia como centro de culto, la antigua siguió cumpliendo determinadas funciones abocadas a fines benéficos. Con el nombre de capilla de San Lucas “el viejo”, permaneció en pie hasta 1936, cuando el advenimiento de la contienda civil la destruyó para siempre. Fue además el patrón de las cofradías medievales de Carpinteros y Notarios de Valencia y fue la advocación anterior de la parroquia que hubo en la ermita de Santa Lucía de Valencia.

San Lucas, sirio nacido en Antioquía de familia pagana, es el autor del tercer Evangelio. Habiéndose convertido a la fe de Jesucristo se encontró con San Pablo y fue su fiel compañero y discípulo fue por muchos años, compartiendo con él hasta la prisión en Roma. Es muy probable que recibiera el relato también de la Virgen, especialmente sobre la infancia del Señor, ya que Lucas es el único en referirnos con cierto detalle. Por sus noticias sobre el Niño y su Madre, se le llamó el Evangelista de la Virgen. De ahí que la leyenda le atribuya el haber pintado el primer retrato de María. Lucas es llamado también el Evangelista de la Misericordia, por ser el que nos trae las parábolas del Hijo Pródigo, de la Dracma Perdida o del Buen Samaritano.