La fachada principal de la Iglesia de Santa Catalina Mártir de Valencia, de principios del S.XV, recae a la plaza Lope de Vega y se asienta sobre una edificación gótica preexistente del siglo XIV. En el lado izquierdo de la fachada podemos ver un panel de azulejos de 1888 que corona San Buenaventura y que rodea una pequeña hornacina que contuvo un busto redondo de la Virgen de la Paz y posteriormente un azulejo, ambos desaparecidos, por lo que la hornacina en la actualidad se encuentra vacía. Este panel de azulejos es el único recuerdo que queda de la Capilla dedicada a la Virgen de la Paz que fue construida en el año 1510 y que se encontraba en este mismo lugar en el interior del templo. Fueron gentes de Villar del Arzobispo, que tienen a esta Virgen como patrona, los que lo hicieron para celebrar su fiesta. Para la construcción de la citada capilla se cegó el óculo o rosetón lateral que en la actualidad se ha vuelto a recomponer. San Buenaventura tuvo un antiguo convento de franciscanos alcantarinos a él dedicado en Onil desde la segunda mitad del S.XVII y que actualmente ocupan las religiosas agustinas con la advocación de la Purísima Concepción. Es también patrón de Pedreguer.
San Buenaventura fue en el S.XIII un teólogo franciscano italiano que se trasladó a París para completar sus estudios teológicos en La Sorbona. Poco después, daba lecciones a los frailes menores y adquirió pronto un prestigio y respeto dentro de la orden que utilizó para defender a los clérigos mendicantes en su conflicto con los seculares. En 1257 fue elegido General de los Franciscanos y desde esta posición intentó calmar las corrientes contrarias que iban surgiendo en la orden. Escribió diversas obras teológicas en las que queda reflejado su misticismo. Nombrado cardenal por Gregorio X y canonizado en el año 1482 por Sixto IV, el papa Sixto V le otorgó el título de Doctor de la Iglesia.
