lunes, 2 de enero de 2012

GOZOS AL GLORIOSO PRINCIPE DE LOS APOSTOLES SAN PEDRO, venerado en su iglesia de Valencia.


La antigua parroquia de San Pedro Apóstol de Valencia fue fundada sobre una mezquita en tiempos del Cid y estaba muy próxima a la Mezquita Mayor. Sus terrenos, debido a los ensanches que sufrió nuestra Catedral, quedaron incluidos en ella y por este motivo nada nos queda salvo su recuerdo. Al parecer, pudo ocupar parte de lo que más tarde sería la sacristía mayor, hoy Museo de la Catedral. De su reducido cementerio, pues escasa era su feligresía, se sabe que ocupaba lo que era la puerta de la cochera del Palacio Arzobispal sito en la calle de la Barchilla, lo que está comprobado por la concesión de derecho de sepultura a D.Guillermo Montserrat en 1436 por el cabildo eclesiástico, y esto nos indica a la vez que en este año todavía funcionaba. En la actualidad tenemos una capilla dedicada al santo en la Catedral, de estilo barroco y construida entre los años 1696 y 1703, siendo desde su construcción sede de la parroquia de San Pedro, ahora extinguida. Incluso la cornisa estuvo decorada con frescos de Palomino, enmarcados por medallones de estuco con escenas relativas a San Pedro; estas pinturas, muy dañadas en el año 1936, están tapadas por tapicería. El lugar que ocupaba el retablo está ahora presidido por un crucifijo, talla moderna de madera sin decorar y por la imagen del Sagrado Corazón de Jesús esculpida y decorada por J.Ponsoda. Destacamos además un retablo de San Pedro que se halla en la Iglesia de San Juan del Hospital.

San Pedro fue Apóstol de Jesucristo y primer jefe de su Iglesia. Era un pescador del mar de Galilea, hasta que dejó su casa de Cafarnaúm para unirse a los discípulos de Jesús en los primeros momentos de su predicación. San Pedro negó hasta tres veces conocer a Jesús la noche en que éste fue arrestado, cumpliendo una profecía que le había hecho el maestro; pero arrepentido de aquella negación, su fe no volvió a flaquear y, después de la crucifixión de Jesús, se dedicó a propagar sus enseñanzas. Los últimos años de la vida de San Pedro se desarrollan en Roma, donde habría ejercido un largo apostolado. Allí fue detenido durante las persecuciones de Nerón contra los cristianos y murió crucificado.