La Iglesia de Nuestra Señora de Sales, construcción del S.XVII, es un elemento emblemático de Sueca ya que es el santuario de la patrona de la ciudad y su arquitecto fue Joan Ximeno. Su cúpula revestida de cerámica destaca claramente en el paisaje y es conocida popularmente como el Convento. Destacan en ella su retablo-altar mayor, los frescos y pinturas de la escuela de Juan de Juanes, el camarín octogonal de la Virgen y la talla de esta.
Según la tradición, en el año 1361 un labrador de Sueca, Andreu Sales, tropezó cuando araba con lo que él, en un principio, consideró una piedra del campo. Cuando las mulas que tiraban del arado se arrodillaron en aquel lugar el labrador se dio cuenta de que se trataba de la imagen de la Virgen que recibió el nombre de Nuestra Señora de Sales para apellidarla igual que el agricultor que la encontró, una circunstancia única en las imágenes de la diócesis de Valencia. La imagen de la Virgen de Sales, del siglo XIV, tiene noventa centímetros de altura y su estilo es gótico, por lo que puede pensarse que fue tallada originariamente en piedra aunque otras fuentes manifiesten que es de barro cocido.