Nos cuenta el Gozo de la Virgen de la Cabeza de Valencia que esta imagen apareció a los pies de un crucifijo en un nicho que se había practicado en la pared y que en su mano portaba un papel con el nombre de su advocación.
Al parecer, fue en una casa de la calle San Vicente extramuros donde en un principio se estableció la Orden de los Antoninos de San Antonio Abad como santo curador y en ella se piensa que pudieron tener ermita y hospital, pues el privilegio para comprar bienes lo poseían desde el año 1290. Pero lo cierto es que ya en el año 1333 se habían establecido en la partida de Orriols, en las afueras de la calle de Murviedro o Sagunto, en el Camino de Tránsitos, norte de la ciudad, donde fundaron, junto al edificio de los actuales Salesianos, una Iglesia y Hospital. Este hospital atendió a muchos afectados del “foc sacre” durante las pestes del S.XV. La iglesia, de estilo gótico languedociano, se construyó entre los años 1467 y 1492 siendo majestuosa y dependiendo de Olite. Suprimida esta Orden en España en el año 1791, el Hospital pasaba al Hospital General primero y a los dominicos de San Onofre después, mientras la iglesia, tras la supresión de los conventos, se dejaba para el culto del pueblo de Orriols. Tras esta reforma, se encajó sabiamente en ella un templo neoclásico según el proyecto del fraile aragonés Francisco de Santa Bárbara. En el año 1870 el convento fue adquirido por las monjas agustinas que provenían del desaparecido monasterio de San Cristóbal de la Calle del Mar para venderlo tiempo después a los padres salesianos. Pero un tesoro desconocido guarda este templo y es que, bajo su cubierta gótica y en un lugar de difícil acceso, se conservan modillones mudéjares y pinturas de escudos con el distintivo de la Tau, emblema de la Orden de San Antonio.