San Casiano de Imola fue un maestro de escuela que, aparte de enseñar latín a sus alumnos, les enseñaba también religión cristiana. El gozo nos dice que anteriormente fue Obispo de Brison. Este era un maestro severo y eficiente que enseñaba a sus niños los rudimentos de la gramática, al mismo tiempo que la taquigrafía, ese arte de condensar en breves signos las palabras. Cuando es acusado de cristiano, los perseguidores tienen la maligna ocurrencia de ponerle en manos de los mismos niños, sus discípulos, para que muera atormentado por ellos y que los instrumentos del martirio sean los mismos de que antes se valían para aprender. Los alumnos, hartos de tanta doctrina, se rebelaron contra él y terminaron matándolo con tablillas, punzones y los estiletes de clase. Por esta razón es el patrón de los profesores y de las escuelas y, en concreto, de las de Valencia. Adjuntamos un bello grabado que lo recoge.
Las reliquias de San Casiano se veneran en la catedral de la ciudad italiana de Imola. Honradas primeramente en una basílica, fueron trasladadas a la catedral en el siglo XIII y luego encerradas en una caja de plomo y colocadas bajo la cripta, en el centro del presbiterio, al restaurarse la catedral en el año 1704.
