martes, 27 de diciembre de 2011

COPLAS AL GLORIOSO MÁRTIR SAN EXPEDITO, venerado en su altar de la Iglesia del Temple de Valencia.


El conjunto formado por el convento, colegio e iglesia de la Orden de Montesa en Valencia, conocido popularmente como el Temple por haber pertenecido y haberse edificado sobre la antigua iglesia y palacio de la Orden Templaria, fue construido entre los años 1761 y 1770 por orden de Carlos III después de que un terremoto en 1748 asolara el anterior monasterio que se hallaba en el castillo de Montesa. Su estilo es de un neoclasicismo muy italiano, en el que el arquitecto Miguel Fernández siguió las enseñanzas de su maestro Sabatini. Destaca en él sin duda un magnífico tabernáculo que contuvo la imagen de Santa María de Montesa. Destruido este tesoro durante la Guerra Civil, al igual que la imagen de la Parroquia de Montesa, se colocó en su lugar por los Redentoristas un icono de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. También es muy visitado el altar lateral de San Expedito que contiene su imagen.
San Expedito fue un militar romano que vivió a principios del siglo IV, comandante de una legión romana en la época del emperador Diocleciano. Cuenta la leyenda que en el momento de su conversión, tocado por la gracia de Dios, resuelve cambiar su vida y convertirse al cristianismo, ya que lo había conmovido profundamente la actitud de los cristianos al enfrentar la muerte. Entonces se le apareció el espíritu del mal en forma de cuervo que le gritaba que esperara para su conversión. Pero San Expedito, pisoteando al cuervo, se negó y por ello es un Santo que atiende los casos urgentes. Una vez convertido, predicó a toda su tropa y los acercó al cristianismo y eso provocó la ira del emperador Diocleciano ya que la importancia de su puesto hacía de él un blanco especial del odio del emperador. Fue flagelado hasta sangrar y después decapitado con una espada. Tiene una parroquia dedicada en Valencia junto con Santo Domingo Savio en la Calle Ayora.