San Pedro Pascual nació en Valencia junto al Portal de Valldigna, en ese momento en poder de los musulmanes, hacia el año 1227 y murió en Granada en el año 1300. Sus padres le pusieron ese nombre en razón de la devoción que tenían por San Pedro Nolasco. Iniciada su carrera eclesiástica fue a perfeccionar sus estudios a París, doctorándose en la Sorbona. De regreso a España se hizo religioso mercedario y se dedicó a la redención de los cautivos. El Papa Bonifacio VII lo nombró Obispo de Jaén y cayó en manos de los musulmanes, permaneciendo cautivo casi tres años. En las mazmorras de Granada, el santo escribió varias obras para defender la fe católica contra los musulmanes y los judíos y para mantener viva la esperanza de los cristianos que estaban cautivos junto a él. Entre estas destaca la “Biblia Parva” en lengua valenciana. El 6 de Enero de 1300 San Pedro fue decapitado por los musulmanes, aún vestido con los ornamentos con que había celebrado la Santa Misa. Sepultado en la catedral de Baeza, es el patrón de los estudiantes y tiene un colegio y parroquia a él dedicadas en Valencia. Se erigió en Valencia en el año 1761 en su Paseo de la Pechina una monumental estatua que representa al santo sosteniendo un libro, en señal de su apostolado, y a sus pies un ángel con la tiara de obispo. La monumental obra en piedra fue labrada por el escultor valenciano Tomás Llorens. El monumento a San Pedro Pascual permanece sobre un recio pedestal en el que consta una extensa inscripción redactada en latín según las fórmulas clásicas en su original emplazamiento. Además, consta que tuvo una capilla y cofradía dedicada en la Iglesia de San Bartolomé de Valencia donde se hallaba su pila bautismal.