miércoles, 7 de septiembre de 2011

GOIGS EN LLOANÇA DE SANT FÉLIX DE CANTALICI, venerat al Raval del mateix nom de Castelló.


San Félix de Cantalicio es uno de los santos más queridos y venerados en la ciudad de Castellón ya que es el patrono secular del arrabal que lleva su nombre, un barrio labrador que nació espontáneamente en el siglo XVIII, arropando al convento fundado por los Padres Capuchinos en el año 1608. Cuando en 1712 se canonizó a San Félix, el primer fraile capuchino elevado a los altares, los labradores adoptaron rápidamente por patrono a aquel sencillo religioso. Es curioso que no se guarde ninguna imagen del santo en la Parroquia de la Sagrada Familia, regentada por los Padres Capuchinos, pero las gentes del “raval” continúan celebrando su fiesta. La imagen del santo se guarda en la casa de los Clavarios y se le representa mediante una escultura de madera policromada al óleo datada en la segunda mitad del S.XX. La Parroquia conserva en la capilla de la Comunión una deliciosa pintura del siglo XVIII donde la Virgen María deposita tiernamente entre los brazos del santo al Niño Jesús.
Este santo, hijo de dos campesinos muy pobres y piadosos, fue un santo italiano del S.XVI que de niño tuvo por oficio pastorear ovejas y, en el campo, trazaba una cruz en la corteza de un árbol ante la que pasaba horas rezando. Cuando ya fue mayor, un día estaba arando el campo y de pronto los bueyes se asustaron y se le lanzaron encima. Al sentir que iba a morir allí pisoteado, prometió a Dios dedicarse a una vida más perfecta. Salió ileso del accidente y al oír leer un libro de vidas de santos sintió un fuerte deseo de imitarlos en la oración y en la penitencia. Entonces se dirigió a un convento de Capuchinos para ingresar en él.