El ermitorio de la Virgen de la Consolación de Llutxent tiene su origen en el famoso "Milagro de los Corporales" que cuenta que, durante una cruenta batalla, los moros atacaron el vecino Castillo de Xio, defendido por los cristianos con fuerzas muy inferiores, aunque resultaron vencedores gracias a la moral que recibieron por la aparición de unas gotas de sangre en los corporales. Estos son lienzos que se extienden en el altar para poner encima la hostia y el cáliz de la iglesia. En conmemoración de este milagro, Jaime I mandó construir un convento para la Orden de Predicadores y los corporales fueron trasladados a la iglesia de Daroca (Zaragoza), donde aún se conservan. Esta ermita con la imagen se halla algo alejada de la población y exteriormente parece una casa de campo o masía, vallada por una tapia que le da un cierto aire de fortaleza. Es notable el zócalo de las paredes, con azulejos de Manises del siglo XVIII que representan escenas del citado Milagro de los Corporales. Adjuntamos un grabado y una estampa.
