En el Monte de las tres cruces se encuentra esta ermita en el lugar que ocupó la antigua ermita dedicada al Cristo de la Agonía. Construida a finales del siglo XIX, presenta una sola nave cubierta con bóveda de cañón y resaltan las vidrieras de vivos colores de los ventanales, los detalles del altar mayor y la parte superior del edificio, que venera al patrón de la ciudad. En el exterior, destaca la fachada neobarroca que está dividida verticalmente en tres cuerpos por cuatro pilastras. En la parte delantera se encuentra el Calvario con cipreses y gran variedad de árboles, considerado como uno de los más sobresalientes de la Comunidad. Hasta 1936 se conservaron los cipreses del siglo XVI perdidos por un incendio. El Vía Crucis formado en zigzag, tiene estaciones representadas en paneles cerámicos, con remate piramidal en la parte superior.
La Calle Calvari dedica sus fiestas al Cristo de la Sang y estas eran conocidas popularmente como las de la "granoteta", porque algunas personas de su vecindad se dedicaban a capturarlas en la marjal para venderlas después por el pueblo. La costumbre de la bajada del Cristo arranca en el año 1885 cuando, enmedio de una de las peores epidemias de cólera que se sufrieron en aquel tiempo, los vecinos del Valle se encomendaron al Cristo de la Sang que habían bajado de su ermita. Al finalizar la epidemia, todo el mundo creyó que había sido por su intervención y el ayuntamiento tomó la decisión de solemnizar el acontecimiento con una gran fiesta de acción de gracias.