La Beata Ludovica Albertoni nació en Roma de familia noble en 1473. A los dos años murió su padre y, al casarse nuevamente su madre, ella fue encomendada a las tías paternas y a la abuela materna. A los veinte años se casó y tuvo tres hijas. Cuando tenía treinta y tres años enviudó y distribuía el tiempo del día entre los trabajos de casa y la asistencia a los pobres y enfermos y a las muchachas abandonadas y en peligro. Con ocasión de una calamidad pública, cuando ya no tenía nada más, vendió su palacio y, tras dar su importe en obras de caridad, quedó convertida en una pobre más. Falleció a los 60 años de edad y su cuerpo se venera en la iglesia de San Francisco a Ripa, en Roma.