La Orden de Nuestra Señora de la Merced y la
Redención de los Cautivos, más conocida como Orden de la Merced, fue
fundada en el año 1218 por San Pedro Nolasco para la redención de los
cristianos cautivos en manos de musulmanes y que se estimaba su número en unos
sesenta mil hasta el año 1779. Los mercedarios se comprometieron con un cuarto
voto, añadido a los tradicionales de pobreza, obediencia y castidad de las
demás órdenes, a liberar a otros más débiles en la fe, aunque su vida peligrara
por ello. San Pedro Nolasco tuvo en Valencia desde el año 1640 un
Convento y Colegio de frailes Mercedarios bajo su advocación en la actual Calle
de Sagunto que fue desamortizado en el año 1838 con el pretexto de
facilitar el tráfico y embellecer las salidas de la ciudad. Se dijo entonces
que este convento con su huerto anexo tenía poca capacidad y no se correspondía
con la grandeza que su fachada daba a entender, que su iglesia era más bien un
oratorio y que su fábrica se había deteriorado por haber sido ocupada en
diferentes momentos por tropas militares. Posteriormente fue parador y
finalmente se construyeron viviendas sobre su solar.
En el puente de Serranos, fabricado de nuevo a
principios del siglo XVI, y frente al casilicio de la Cruz Patriarcal levantado
en 1518, se erigió en 1670 un casilicio dedicado a San Pedro Nolasco.
Sobre la cubierta del casilicio, coronando las columnas, se dispusieron las
imágenes de San Pedro Pascual y Fray Gilabert Jofré, ambos
frailes mercedarios, y la de Doña Teresa Gil de Vidaurre, vinculada al Monasterio
de la Zaidía. La estatua fue ejecutada por el cantero Pere Leonart
Esteve. Edículo y estatuas serían demolidos en 1809.
San Pedro Nolasco fue un mercader que, como seglar,
inició en Valencia la redención de cautivos. Con su propio patrimonio
organizó expediciones para negociar redenciones ya que su condición de
comerciante le facilitó esa labor. Se representa al santo vistiendo el hábito blanco de los
mercedarios, con unas cadenas rotas que simbolizan la liberación de los
cautivos. Adjuntamos una estampa.