










Mientras esto sucedía en Alicante, en la villa de Agres, al día siguiente, acaecía otro hecho prodigioso como continuación del primero, “ La Venida de la Virgen”. Un pastor manco llamado Gaspar Tomás, oyó una misteriosa y dulce voz que le anunciaba que había elegido aquel lugar para trono de su reinado y al mismo tiempo vio que un almezo en las ruinas del castillo musulmán cercano a él se cubría de un raro resplandor y, para mayor asombro, recobraba el brazo que le faltaba. Un tropel de gente le acompañó hasta aquel lugar para ver el prodigio y este se aumentó al contemplar que sobre el almezo se encontraba la misma imagen que se había venerado en Santa María de Alicante y que providencialmente se había salvado del incendio del día anterior. Allí construyeron una ermita y en ella se dio culto a esta imagen gótica que desapareció en la persecución religiosa de 1936. Fue a finales del año 1577 cuando se autorizó la fundación del Convento de la Virgen del Castillo de Agres. La importancia de este Santuario viene determinada sobre todo por la gran afluencia de peregrinos y visitantes que el edificio recibe durante todo el año. Adjuntamos anverso y reverso de uno de los Gozos y una bella estampa.