A poca distancia de la pedanía de la Barraca de Aigües Vives y, situado en un bello valle de este nombre cercano a Carcaixent, se levanta el Monasterio de Aigües Vives, que fue un antiguo monasterio de los Agustinos. Las obras primitivas datan del siglo XIII, pero el edificio actual comenzó a realizarse en el siglo XVI. En el año 1.597 se construyó el actual claustro, más tarde se levantó la iglesia del convento y, finalmente, todo el ala norte del edificio fue concluida en el siglo XVIII. En el monasterio se custodiaba la imagen de Nuestra Señora de Aigües Vives, actual patrona de Carcaixent, hasta la época de la desamortización en que se trasladó a esta población. Esto ocurrió en el año 1.835 cuando la comunidad religiosa tuvo que abandonar el convento.El hallazgo de la imagen de Aguas Vivas se produjo por un labrador en el año 1250 cuando araba su campo en el paraje llamado Camp de la Olivera. Es curioso que este gozo cuente de la muesca que hizo ese arado en la nariz de la imagen.
Recientemente, el edificio ha sido restaurado para utilizarlo como complejo hostelero y destaca por su claustro, con los tramos cubiertos de bóveda de aristas, y decoración interior de estilo barroco y una pequeña iglesia o capilla. En la actualidad, la imagen se venera en una de las once capillas de la Iglesia Parroquial de la Asunción. Hay que recordar que en el año 1936 se produjo la destrucción completa de la capilla conmemorativa del hallazgo de Nuestra Señora de Aguas Vivas, con lo cuál en esa estancia se perdieron el retablo y las demás piezas de arte sacro que procedentes del monasterio en ese recinto se conservaban.