Ya en el siglo XV la
devoción a la Virgen de los Desamparados había prendido en diversas poblaciones
del viejo reino de Valencia como Moncada y Torrente, donde se constituían Cofradías
filiales. Del siglo XV hay que destacar el acontecimiento que supuso la
estancia del rey Martín I en Moncada en el año 1403 y que el rey Fernando el
Católico en 1481, mediante rescripto, erigiera en la iglesia de Moncada la
cofradía de la Virgen de los Desamparados. Por tanto, es tradicional la ofrenda
a la Virgen de los Desamparados en el Mercat Vell de Moncada. La solemne
procesión en honor a la Virgen de los Desamparados se convierte así en una de
las citas más importantes en la celebración de sus fiestas patronales.