La devoción a San Roque viene de muy antiguo en Alcoy. En el año 1489 todo el Reino de Valencia se vio castigado por el azote de la peste que, traspasando las fronteras de Italia, llegó a la península. Alcoy, ante la proximidad de la epidemia, pidió protección al abogado de la peste, San Roque, y haciendo voto público de que si se veían libres de ella, le levantarían una Ermita. La Villa de Alcoy, agradecida por no haber sufrido la peste, construyó en la Iglesia del patrono San Jorge un altar dedicado a San Roque y San Sebastián, ambos protectores contra tal mal. De 1547 a 1549 sucedió otra invasión de peste en este Reino y, habiendo experimentado Alcoy la protección de San Roque, cumplió en 1549 el voto que hizo muchos años antes de edificar una ermita al glorioso San Roque en las inmediaciones de la población. El 2 de abril de 1600, en asamblea popular que tuvo lugar en la Parroquia de Santa María de Alcoy, se procedió a elegir nuevo patrón y protector. Fueron colocados ocho nombres de santos dentro de un saquito, y un niño sacó el nombre del que sería el segundo patrón de Alcoy como San Roque. Esta primera ermita fue destruida totalmente en la Guerra de Sucesión de 1705-1714.
Se procedió a construir una segunda ermita en otro emplazamiento más cercano a la población el 15 de marzo de 1715. Como el Cuartel de Infantería, construido en 1878, estaba necesitado de ampliación, y la Ermita fue cedida al Ramo de Guerra para hacer posible su expansión. La Ermita estuvo en funcionamiento hasta el 4 de enero de 1920 en que se decidió construir la actual iglesia de San Roque y San Sebastián compuesta en estilo neoclásico por una puerta normal con remate semicircular, sobre la que se abría un óculo preparado para la colocación de una vidriera. El Altar mayor se encontraba frente la puerta y se habilitaron unas ventanas laterales para la iluminación natural del recinto. Adjunto una estampa.