El convento de San
Francisco de Carcaixent fue fundado el 6 de julio de 1602, con autorización del
entonces Arzobispo y Virrey de Valencia San Juan de Ribera a las afueras de la
población, en un solar donado por la Villa. Siguió en todo las líneas de los
conventos alcantarinos, que se caracterizaron por su sencillez y austeridad. La
iglesia la conserva aún hoy la Orden y ha sido regentada casi
ininterrumpidamente por religiosos franciscanos, aún en tiempos de la
exclaustración. Un hecho prodigioso tuvo lugar el 18 de julio de 1772 ya que un
rayo descendió desde la veleta del campanario y causó grandes estragos
materiales pero ningún daño personal. Se atribuyó a la intercesión de San
Antonio. La iglesia conserva sus características primitivas, muy semejantes
entre las iglesias alcantarinas. El coro alto comunicaba con el claustro
superior del convento. Entre las capillas laterales hay que destacar la de San
Blas. De ahí la tradición que aún se siente de la fiesta de San Blas en esta
iglesia. Tras la exclaustración de 1835, un nuevo convento franciscano se
fundó en 1923 con la advocación de San Antonio de Padua y, aunque el convento
se cerró en el capítulo de 2013, el colegio sigue funcionando.