La ermita de Santa
Ana de Catí se considera la ermita de mayor antigüedad del pueblo ya que
se data en el año 1446. De sus cinco ermitas, l'Avellà, El Pilar, Santa Ana,
San Vicente y San José, las dos últimas están en un estado ruinoso. El edificio
de Santa Ana consta de un solo cuerpo con tres arcos, de regulares dimensiones,
con coro y altar mayor. El exterior presenta una fachada sobria con
puerta de acceso con arco de medio punto de grandes dovelas.
Tiene porche delantero con techo de madera y banco adosado. Sobre la
puerta de entrada hay un rosetón. Las pinturas murales del
presbiterio son del siglo XVIII de grotescos.
La fiesta a Santa Ana,
que tradicionalmente se viene celebrando el 26 de julio con misa en la ermita,
está documentada al menos desde 1450. Antiguamente esta celebración era un acontecimiento multitudinario con numerosos actos religiosos y
profanos que fueron olvidándose con el paso de los tiempos. Los mozos se
encargaban de dirigirlas y los documentos nos hablan de competiciones de
lanzas, juegos de ballestas, pan bendito, corrida de toros, música, además de
las fiestas religiosas. Hasta mediados del siglo XX se recuerda la carrera de
niños con los premios de las cintas de diferentes colores vivos, concedidos a los
corredores con la asistencia y presidencia de las autoridades eclesiásticas y
municipales.