La iglesia parroquial
de Calpe es una de las más antiguas de la provincia. Sus pequeñas dimensiones y
su rara construcción, que en nada se acomodaba a las normas litúrgicas,
contrastaba con las de su entorno. Y es que los calpinos de la Edad Media no
levantaron ningún templo ya que cuando don Jaime el Conquistador liberó a
Calpe, convirtió en iglesia un pequeño edificio enclavado en uno de los ángulos
del reducido cubo de murallas que la colonia romana primero, y el pueblo
musulmán después, levantaron en el centro de la bahía de Calpe. Esta iglesia la
dedicó don Jaime, siguiendo su piadosa costumbre, a la Santísima Virgen María
bajo la advocación de Nuestra Señora de las Nieves. En Octubre de 1963 ante la
poca capacidad de aquel templo que había sido dañado en la Guerra Civil propuso levantar otro sobre el anterior, de factura moderna e impersonal.