La Ermita del Calvario de Cabanes se localiza al final de la
calle de la Ermita del Calvario. Se trata de un conjunto formado por los
casilicios del Vía Crucis, ubicados en el monte conocido como del "Molinet
de Vent", y la Ermita del Santísimo Cristo de la Agonía, cercada con una
valla que impide su paso libremente cuando está cerrada. La ermita, está datada
a finales del siglo XVI, posiblemente de 1575, estando inicialmente dedicada a
la Virgen del Rosario. Tras la guerra civil y la posguerra, el 12 de febrero de
1961 se bendijeron las estaciones del Vía Crucis y se dedicaron dos de las
capillas a la Virgen del Rosario y a San Vicente Ferrer. Se trata de un
sencillo conjunto formado por el recinto del Calvario, la casa del ermitaño
anexa a la ermita y la ermita en sí, adosada al lado derecho de la casa del
ermitaño. Esta presenta planta rectangular, con cubierta a dos aguas tipo
barraca, destacando la presencia de una elegante espadaña de piedra.
El lugar fue el escenario de una serie de fusilamientos que tuvieron
lugar en la zona por parte de las tropas napoleónicas de los mariscales Suchet
y Ramfort, las cuales, antes de retirarse en 1811, incendiaron el templo
dejándolo en ruinas. Del incendio sólo se salvó la imagen de la Virgen, que
pasó a la parroquia. Más tarde se llevó a cabo su restauración, empleando para
ella materiales de la abandonada Ermita de Miravet y es en el año 1853 cuando
se decidió cambiar la advocación al Cristo, aprovechando la devoción que
durante el siglo XVIII se despertó en la región valenciana hacia la Pasión de
Jesucristo. Su talla al poco tiempo se trasladó a la parroquia en rogativa debido
a las terribles epidemias de cólera que afectaron a Cabanes entre 1855 y 1885.