Los
labradores de Altea honran a su patrón año tras año y lo hacen alrededor de la
moderna ermita de San Isidro, en la Partida de Los Arcos. Una cena de hermandad, que
reúne a todos los vecinos, y donde la romería traslada al santo desde la Plaza
del Palau hasta la ermita. La ermita de San Isidro fue construida por
iniciativa de los vecinos en 1999 y muy cerca de ella existen los restos de los
pilares de un antiguo acueducto romano de época bajo imperial. Las
celebraciones consisten en tres días en que destacan la “entrà de la murta”, una cena y una verbena
popular.