La ermita de San José de Villena se construyó a
principios del siglo XVII y está dedicada al patrón del barrio del Rabal, en
pleno centro histórico. La portada es barroca y sobre la misma se alza una
espadaña con la campana llamada San Miguel, que pesa veintinueve kilos y atesora varios
siglos de antigüedad. En el interior se encuentra la talla de San José,
atribuida al escultor valenciano Esteve Bonet. Ha sido restaurada recientemente
gracias al tesón de la "Asociación Pro Restauración de la Ermita de San José" y se utiliza ampliamente durante las fiestas
del barrio del Rabal que se celebran en el mes de marzo desde 1622. Ha sido declarada monumento de interés local.