Entre mediados y finales del siglo XIV se fundó el
priorato de Santa María de Valldigna y la casa de San Bernat en Simat; erigidos en
monasterio por bula apostólica de Clemente VII. De su conjunto destaca el
refectorio, zona con un salón de grandes dimensiones y de planta rectangular
donde se hallaba la escalera de acceso al púlpito (en el muro sur) y cuyas
paredes interiores estaban cubiertas por azulejos con pasajes de las vidas de
San Bernardo y San Benito. La clave central de la bóveda de la sala capitular
representa a la Mare de Déu de la LLet (La Virgen de la Leche) y a Sant Bernat
(San Bernardo), y las restantes ocho claves, simbología de Valldigna, la ciudad
de Valencia, los abades constructores Roderic y Cesar Borja, y santos de la
congregación cisterciense, Sant Bernat (San Bernardo) y Sant Benet (San
Benito). Las claves de la bóveda originalmente estaban policromadas pero hoy ya
han perdido su color.
En 1383, el rey Pedro el Ceremonioso concedió
licencia a Arnau de Saranyó, abad del monasterio cisterciense de Santa María de
la Valldigna, para edificar un monasterio en el lugar que ocupaba la alquería
islámica de Rascanya, hoy en Valencia. Sant Bernat de Rascanya fue un
monasterio pequeño, construido con materiales modestos y sin carácter
monumental. Durante el siglo y medio de su existencia pasó por graves
dificultades debido a problemas financieros y a la falta de control monástico.
El claustro y las dependencias anexas se integraron en 1546 en el posterior
complejo arquitectónico jerónimo de San Miguel y de los Reyes, perdurando hasta
el siglo XIX en que fueron completamente demolidas.