Este Ecce Homo fue un regalo del patriarca San Juan de Ribera (1532-1611) a
la Iglesia de Santa María Magdalena de L’Ollería que ha sido venerada por
tantas y tantas generaciones desde que aquel encargó la imagen. Se trata
de una escultura renacentista bellísima y de gran importancia dentro de nuestro
patrimonio que refleja el dolor y sufrimiento de Cristo. El Ecce Homo de
L’Olleria muestra una de las iconografías más lastimosas de Cristo, pues
refleja el momento en que Pilatos lo presenta a la multitud congregada en el
pretorio después de sufrir la flagelación, coronación de espinas e improperios.
Así, la escultura nos muestra a Jesús de pie, con una pierna ligeramente
flexionada en contraposición, semidesnudo para mostrar en sus carnes las
huellas de la flagelación, con la corona de espinas, el manto o clámide
púrpura, que en este caso es una pieza textil exenta, y el cetro de caña, aquí
de plata realizada en 1764 a expensas de Mosen Ledro Plá, que sujeta con las
manos maniatadas. La imagen que procesiona en la actualidad se ubica sobre un
trono de nubes con querubines, también de madera policromada, que debió
pertenecer a otra talla, posiblemente una Inmaculada, ya que el Ecce Homo jamás
se representa de manera glorificada ya que muestra la condición más humana de
Cristo.