La ermita del Cristo de la Buena Muerte está situada en el término municipal de
Bellús y su construcción actual data del año 1935. La inicial aparece
documentada en 1791. El edificio primitivo fue reemplazado en el S.XIX por
una segunda ermita neogótica, pensada para presidir el Calvario. En el año
1934, gracias a la donación de una señora que iba al balneario, se ensanchó
esta segunda ermita. Está construida con materiales modernos como el cemento y
el ladrillo. Se trata de una construcción exenta, constando de una única nave
apoyada sobre dos contrafuertes exteriores a cada uno de los lados. La nave
está cubierta en dos de sus tres tramos por una bóveda de medio cañón que
descansa sobre pilastras adosadas al muro. La fachada no presenta casi
decoración a excepción de la portalada de acceso bajo un arco de medio punto y
sobre la que encontramos una ventana. Rematando la fachada hallamos una
espadaña de un solo hueco. En el interior destaca una talla policromada con la
imagen del Cristo crucificado de 1941 situada en la capilla mayor.
Antiguamente, en la explanada que hay delante de la ermita, había un Via Crucis
que hoy tenemos desaparecido.
La espectacularidad de la procesión que se le
dedica radica en que la imagen del Cristo va precedida, en todo momento, por
cohetes que llenan de luz y colorido todo el recorrido. Lo más emotivo es
cuando al llegar a la ermita y, antes de entrar en ella, los “coheters”, forman
un túnel con los cohetes por el que pasa el Cristo.