El convento de San Buenaventura de Onil fue una fundación franciscana alcantarina de finales del S.XVII, disolviéndose en el año 1836 con la famosa desamortización de Mendizábal. Pero no fue su final ya que el 20 de Abril de 1890 llegaron a Onil unas monjas Justinianas de Murcia cuya Orden proviene de la Primera Congregación de Canónicos Regulares, fundada en Italia en el año 1404. En sus inicios el convento estaba destinado a hospicio de pobres y escuela de niños. Tenemos que decir que la Orden de Monjas Justinianas se inspira en la espiritualidad de San Lorenzo Justiniano. El convento, salvo el paréntesis de la guerra civil en que en sirvió de garaje e instaló refugiados llegados a Onil, sigue actualmente su curso con sus toques habituales de campana, siendo de gran arraigo el convento y sus monjas para la Villa. Aunque arquitectónicamente es un edificio robusto y sobrio, son interesantes las pinturas y los frescos de su interior, admirándose especialmente las Capillas de San Pascual y San Francisco.