La
Iglesia de San Pedro, conocida por todos como
Capilla del Cristo del Mar, es un edificio neogótico que se encuentra al lado del puerto de
Benicarló y, tradicionalmente, el
Cristo del Mar ha sido objeto de profunda
devoción en su
altar. De hecho, la leyenda cuenta que en 1650 llegó a las playas de
Benicarló una barcucha del que desembarcó
César Cataldo, que era un cautivo italiano liberado en
Túnez, y trajo una imagen del Cristo en la Cruz que le había liberado de sus cadenas con la condición de que la llevara a
España. Su llegada fue calificada de prodigiosa y la
imagen obró el maravilloso milagro de sanar en el acto de la peste bubónica a todos los que contemplaron su llegada a
Benicarló. En el pequeño y modesto templo de
Santa María del Mar se veneraría a partir de entonces el Cristo Crucificado. Al lado de dicha ermita se hallaba el hospital Pontificio que sirvió de albergue a los apestados. Las circunstancias adversas del mar hicieron desaparecer a principios del siglo pasado un baluarte-torre vigia que existía y la propia ermita de
Santa María del Mar por lo que los benicarlandos edificaron el actual templo, inaugurándose en 1925. La
imagen fue destruida en el año 1936 y rehecha posteriormente, siendo protagonista de una emotiva
procesión.
Historia del Cristo del Mar en Benicarló.