martes, 14 de agosto de 2012

GOZOS AL GLORIOSO APÓSTOL SAN BARTOLOMÉ, titular en su parroquial y patriarcal iglesia de Valencia.



El altar mayor de la desaparecida Colegiata de San Bartolomé de Valencia era de madera completamente dorada y constaba de tres cuerpos; su estilo arquitectónico era corintio y los fustes de las columnas estriados. En sus intercolumnios hubo cuatro tablas que se atribuían a Juan de Juanes; en las puertas del trasagrario, un San Pedro y un San Pablo de tamaño natural de Juan Ribalta, hijo del famoso Francisco. El lienzo que ocupaba el nicho principal, de efecto decorativo y barroco, pudo ser del célebre fresquista Palomino y finalmente la estatua del titular, San Bartolomé, era obra del escultor Julio Capuz.
La historia de esta Colegiata de San Bartolomé se remonta a tiempos remotos, siendo edificado el primitivo templo, según la tradición, a raíz del Edicto de Milán (313) y dedicándose al Santo Sepulcro como monasterio de monjes basilianos. Reconquistada Valencia por Don Jaime I, la mezquita que allí existía fue entregada en el año 1239 a la Orden del Santo Sepulcro y la dignidad colegial fue renovada a primeros del siglo XX. La antigua parroquia, de la que sólo subsiste la torre campanario en la Calle de Serranos, fue trasladada y edificada de nuevo en 1962 en un emplazamiento nuevo en la avenida Regne de Valencia. Esta iglesia fue reconstruida en el siglo XVII, entre los años 1666 y 1683, momento en el que la torre sufrió una inclinación. Desde tiempos antiguos tuvo un altar dedicado al Santo Sepulcro y una Hermandad que lo honraba. Así, el derribo de la iglesia tuvo lugar tras la Guerra Civil, iniciándose la demolición del campanario por el cupulín. La decisiva intervención de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos paralizó la desaparición de la torre y fue restaurada eliminándose el cupulín del remate.

Historia de la Iglesia de San Bartolomé de Valencia.