La ermita de Sant Josep, construida en la huerta de Castellón en su partida de Censal y junto al viejo “Caminás”, es también conocida en textos antiguos como “Sant Josep de l’Olivera”. Su construcción se inició en el año 1685 y el 25 de junio de 1689 se inauguraba solemnemente la nueva ermita aunque habitualmente no tiene culto. El gremio de carpinteros y ebanistas tienen a su cargo su conservación y mantenimiento. La única decoración de interés resulta ser dos medallones de pintura mural con los temas del Nacimiento de Jesús y la Huída a Egipto y un aguamanil de piedra con una concha localizado en la sacristía. La cerámica barroca del presbiterio fue robada hace algún tiempo, desapareciendo también los zócalos cerámicos que adornaban la cocina de la casa de los ermitaños adyacente a la iglesia.